TRAVEL EDUCATION

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EL VIAJE COMO EXPERIENCIA DIRECTA DE APRENDIZAJE: La peregrinación del arquitecto

“Si alguna vez decides viajar solo
te darás cuenta que nunca habías estado tan acompañado,
la ciudad te acoge como suya y te acompaña a donde vayas.”
Francesc Peramiquel

La arquitectura como religión

La arquitectura es todo un culto, muy similar a una religión. Tiene un espacio o templo, unos dioses a los cuales se les rinde el debido culto y por supuesto, como en cualquier secta religiosa, están los seguidores, sin los cuales la existencia de la religión es obsoleta. Templos hay miles, repartidos alrededor del mundo. Hay tanto en oriente como en occidente y se encuentran en todas la latitudes habitadas por el hombre. Los dioses también son muchos, y los hay de ambos sexos. Varían un poco según el meridiano desde dónde se esté, pero uno que otro trasciende fronteras, incluso de continentes. Son deidades humanas pero se les rinde culto como si nunca lo hubieran sido. Ahora bien, llegamos a los seguidores, quienes mantienen viva la religión. Los hay de todas las nacionalidades, aunque suelen ser encontrados sobretodo en países desarrollados y con un alto nivel educativo; no es regla general. El rango de edad también varía, puede haber de muy corta edad pero como en todo los más creyentes y devotos son los más ancianos, pues tienen más conocimiento y por lo tanto tienen más razones para generar un apego más fuerte a la religión. Aunque hay seguidores jóvenes, no son muchos. Pues como en cualquier culto hay un proceso para entrar a la secta que comienza con un acto de iniciación. La iniciación se da con la compra del primer libro de fotografías arquitectónicas ya sea de su propio país o de arquitectura global. Siempre es de fotografías ya que para entender y descifrar los jeroglíficos coloquialmente llamados ¨planos¨ que se encuentran en libros más avanzados es necesario haber tenido algún tipo de educación en el tema y haber interactuado con otros creyentes fervorosos. Usualmente, pero no como regla general, este libro es regalado al futuro creyente por familiares o amigos en la celebración de otro culto, el grado del bachillerato. Es decir que para iniciarse correctamente la persona debe tener alrededor de los 18 años y haber cumplido con la educación básica. Luego de pasar por dicho rito, empieza la obsesión. Entra al proceso para convertirse en un verdadero seguidor del culto. En Colombia, por ejemplo, la preparación dura entre 4 y 5 años. Sin embargo, en países Europeos la preparación es más exhaustiva por lo cual puede durar entre 6 y 10 años. Al finalizar este recorrido de rigorosa preparación, la persona ya se puede considerar (y es considerada socialmente) como un seguidor obsesivo y devoto por su religión: la arquitectura.

Cada creyente tiene su potestad favorita, al cual le reza y le rinde culto. Si bien, los dioses se pueden organizar en sectas, siempre hay una de estas categorías e incluso uno de sus exponentes que llama más la atención que cualquier otro. Esto es a lo que el creyente debe llegar. Sin dejar de venerar a las otras deidades, es bueno escoger un exponente al cual rendirle culto, tomarlo como referente e indagar sobre su vida y obra. De esta manera es más fácil seguir con el siguiente paso del recorrido a ser un buen creyente. Hay que hacer lo que dicta toda religión, ir a la peregrinación.

La palabra peregrinación viene del latín peregrinatio que significa viaje al extranjero o estancia en el exterior. Es un viaje a un santuario o lugar sagrado (Autores, 2012). Aquí es dónde la arquitectura se diferencia de cualquier otra religión, pues cada creyente es quien decide cual es su templo predilecto, al cual debe peregrinar mínimo una vez en la vida. Sin embargo, no es menester saberlo desde temprana edad, ni tampoco ir únicamente al santuario escogido. Es más, entre más santuarios recorra y reconozca será más fácil la tarea de encontrar el santuario. Es aquí donde el viaje se vuelve de real importancia para el arquitecto. Como cualquier peregrinación, se puede hacer solo o acompañado pero es casi indispensable para cualquier buen creyente de la arquitectura realizar viajes para conocer templos.

Historia del viaje de estudio
Las deidades nacen como humanos, viven como humanos pero mueren como dioses. Ellos también pasan por todas las etapas y los ritos, se preparan para ser arquitectos y luego de una vida de ejercer su profesión o promulgar su mensaje al mundo, mueren como dioses. Sin embargo, todos cumplieron con una doctrina indispensable: peregrinar. No obstante, el viaje de estudios no ha estado vigente por mucho tiempo. El primero de estos que se conoce data del siglo XVII como un recorrido del viajero, cura y escritor inglés Richard Lassels. Hacia 1800 los viajes de estudio conocidos como el Grand Tour se popularizaron sobre todo en Gran Bretaña, pues transportarse a lugares lejanos y a gran distancia se volvía cada vez más fácil y asequible debido a la invención de los ferrocarriles. La idea de hacer un viaje a otros países fue muy popular sobretodo en jóvenes británicos de clase media y alta, pues era considerado parte fundamental del periodo educativo y era el momento ideal de esparcimiento antes de la edad adulta, de contraer matrimonio y de tener hijos. Estos viajes eran dentro de Europa, pues viajar a otros continentes era muy costoso, se gastaba mucho tiempo y la cultura de países africanos y americanos no eran muy bien valorada. El valor inicial del viaje era tener acceso al arte clásico y renacentista y sobretodo a la sociedad aristocrática que estaba de moda en Europa. Usualmente el viaje duraba algunos meses o inclusive años, dependiendo del presupuesto del viajante y su familia. La gran mayoría de estos Grand Tour eran en Italia, ya que esta fue la cuna del arte desde Roma hasta el Renacimiento. Otro destino importante era Francia, sobre todo la ciudad de París. Casi siempre los jóvenes viajaban con un adulto acompañante o un miembro del clero. (Autores, Grand Tour, 2012)

El viaje de estudio ha estado presente desde entonces, y para la arquitectura ha sido un indispensable. La idea de estudiar y reconocer el arte in situ era una experiencia inigualable, sobre todo en esa época donde todavía no existían las bondades del internet y la única manera de reconocer una obra era por medio de retratos hablados. Esta actividad de viajar y reconocer la cultura y la manera en que se vivía el mundo en otros países se volvió popular con gran rapidez. Los avances tecnológicos en los medios de transporte hizo cada vez más fácil el viaje y por consiguiente se divulgó la moda. Grandes deidades hicieron viajes, ya no llamados Grand Tour, pues las fronteras se habían abierto aún más. John Soane, John Ruskin y Charles Rennie Mackintosh fueron algunos que no consideraron concluida su educación sin antes haber realizado el Grand Tour. Ya en el Siglo XX Charles Edouard Janeret, más conocido como Le Corbusier cumplió con el cometido haciendo un largo viaje hasta oriente en el año 1911. Eric Gunnar Asplund va a Italia y al norte de África en 1913, Alvar Aalto lo hace por Europa en 1921 al terminar sus estudios de universidad justo antes de abrir su estudio profesional. Así hay muchos, Walter Gropius en 1928, Adolf Loos a Estados Unidos y Frank Lloyd Wright a Japón. (Meneses, 2012)

Otro gran ejemplo es el del destacado Ludwig Mies van der Rohe. Nació el 27 de marzo de 1886 en Aachen, Alemania. En 1900 comenzó a trabajar en el taller con su padre y en 1905 se trasladó a Berlín dónde trabajó en el estudio de Bruno Paul. Inicialmente, Mies se orientó hacia la arquitectura neoclásica. Sin embargo, en el año 1912 viajó a los Países Bajos lo cual cambió sus intereses radicalmente luego de conocer la obra de Hendrik Petrus Berlage. (Autores, Hendrik Petrus Berlage, 2012) (Nombre, 2004). Dicho viaje cambió la manera de pensar y sobretodo de proyectar su arquitectura. Este es solo uno de los ejemplos de la importancia del viaje y de cómo conocer otros lugares abre la capacidad de percepción. Añade puntos de vista y da claridad a preguntas que pudieron haber estado planteadas anteriormente o que simplemente aparecen durante el viaje.

Viaje de Estudio España
En el Viaje de Estudio de la Universidad de los Andes se consolidó un grupo de 16 creyentes, unos más avanzados en su formación que otros, pero todos con un mismo propósito: Peregrinar a tierras del Antiguo Continente, a la Madre Patria, España. La visita estaba dividida en 3 partes, dónde se estudiaban diferentes temas. Por supuesto, había prototipos explícitos para cada tema y se visitaron diferentes templos que dejaban implícitas las ideologías de los dioses que los habían creado. El bombardeo de información era absolutamente potente, pero esa necesitaba ser la intención. En las peregrinaciones hay que prestar toda la atención posible, pues un creyente nunca sabe en que momento puede encontrar su deidad predilecta o mejor aún, SU templo, su Meca.

El viaje comenzó en la ciudad de Madrid, capital de la Madre Patria. Aquí el tema fue la vivienda social o vivienda colectiva como los locales la llaman. Las visitas a los templos fueron guiadas, siempre por un creyente versado en conocimiento del lugar. Muchas veces también con su creador. Esto constituyó una fuerza brutal en las visitas, pues era la oportunidad de interactuar con personajes que algún día podrán llegar a ser dioses a los que, no solo en la actualidad pero creyentes de un cercano futuro, venerarán. La idea de poder ver, oír y aprender de manera directa de exponentes de la arquitectura de tal envergadura era una oportunidad única. Aprender por ejemplo, cómo el equipo de Dosmasuno Arquitectos decidió cerrar la fachada sur del proyecto de 102 viviendas en Carabanchel con una fachada aparentemente plana pero que en realidad daba respuesta a las inclemencias del sol tanto en invierno como en verano. Saber que la decisión de contrastar la fachada principal que resalta por su volumetría no era capricho de los tres arquitectos encargados del proyecto. Únicamente visitando el lugar se entiende, más aún para visitantes de latitudes en las que no se goza del cambio de estaciones, que protegerse del sol de verano y de invierno implica métodos de sombra diferentes y que estas maneras de operar deben ser acertadas o de lo contrario un espacio se puede volver realmente inhabitable. Se aprende que el sol más fuerte no es a las 12 del día como lo es para países cercanos a la línea del ecuador, sino que el sol más fuerte es al caer la tarde a eso de las 4 o 5 de la tarde. Los libros pueden hablar del ángulo en el que se debe proteger del sol en verano y por el contrario cual es el más apropiado en invierno para que caliente el interior de una vivienda, sin embargo solo viviendo el lugar es que se adquiere total conciencia de la importancia de estos datos. Hay que percibir el lugar y sentir sus componentes para interiorizar los conocimientos y que queden plasmados en la memoria como aprendizajes a partir de la experiencia.

Otro ejemplo memorable fue la visita a los edificios de vivienda de Sanchinarro en Madrid. Aquí se visitaron edificios insignia de la arquitectura contemporánea que llegan a los creyentes por medio de revistas que ocultan la realidad de estas construcciones. Está por ejemplo el edificio Mirador de MVRDV que es mostrado por los medios de comunicación del gremio como:

¨(…)One of the most innovative[projects] in Spain, and has been awarded several prizes and shown in many different exhibitions abroad.¨ (Herrero, 2006)
¨(…)Uno de los más innovadores [proyectos] en España, y ha sido galardonado con varios premios y mostrado en varias exposiciones en el exterior¨.

Pero en realidad es tan pobre de cualidades que es toda una hazaña acercarse al inmueble sin ser residente. Los arquitectos del conjunto residencial en altura son tan detestados por quienes habitan el edificio que han hecho que quienes visitan el lugar sean constantemente agredidos ya sea verbal como físicamente. Es muy posible que al acercarse a ver el edificio los moradores lancen basura o incluso agua para agredir a los visitantes. Nada de esto está escrito en libros ni revistas, y la única manera de comprobarlo es yendo al lugar, sintiendo el odio de los residentes y viviendo el sabor amargo que deja la peregrinación a este terreno.

Estar en el lugar y sentir la experiencia es el más completo aprendizaje jamás construido. La mejor manera de entender un espacio es viviéndolo, no basta con fotografías ni planos ni cortes. A veces funcionan las maquetas o modelos computarizados de tres dimensiones pero aunque representen con veracidad cada aspecto físico del lugar, la tecnología aún no permite transmitir las sensaciones que el ser humano percibe de los espacios que habita. La sensación térmica o los fenómenos atmosféricos a los que está expuesta la persona no son aún transferidos por modelos computarizados. Esto es lo que define el gusto por el espacio en gran parte. ¿Cómo apreciar el conjunto de la Alhambra en la ciudad de Granada sin haberla visitado? No hay manera alguna de percibir el cálido viento que corre por los caminos que unen el palacio, los olores cuidadosamente escogidos por los musulmanes para que cada lugar fuera acompañado por una sensación diferente que la da el olor de la vegetación. Sentarse en el piso, de una determinada textura dada por las baldosas rigurosamente escogidas a observar el paisaje por medio de unas ventanas de formas muy árabes que con toda la razón eran construidas cerca al piso. Todo para que quien fuera a ver a través de ellas estuviera sentado en el piso, cerca de la vegetación que emana fragancias. A la vez, sentir el agua que genera una sensación de frescura al recorrer los patios de la Alhambra. Oír como cae y cómo su sonido es ciego, pues muchas veces está escondida detrás de muros vegetales o incluso de piedra. Ninguna de estas sensaciones se puede percibir a través de relatos o fotografías. Es indispensable visitar el lugar para comprender en su totalidad lo complejo del alcázar.

Conclusiones
Finalmente se llegó a la ciudad de Barcelona, capital de la comunidad autónoma de Cataluña y última parada en el viaje de estudio. Aquí no sólo fue importante reconocer la ciudad sino intimar con su gente y la cultura que se vive. Es imposible detectar la magnitud en el sentimiento nacionalista catalán sin antes vivirlo. No se entiende la dimensión del nacionalismo hasta haber convivido con los catalanes, que saben hablar castellano (idioma que en Latinoamérica se conoce con el genérico de ¨español¨), saben que en Latinoamérica se habla dicho idioma, pero sin embargo dirigen a castellano-hablantes en catalán. Al principio se ve como un gesto grosero, y lo es, pero este amor casi obsesivo por su región (el cual podría hasta catalogarse como otra religión más) es en cierta manera un factor positivo. No está bien tratar a los invitados con descortesía, hablándoles con un idioma que ellos no conocen. Pero este sentimiento tan fuerte y arraigado en los catalanes hace en últimas que sus ciudades sean realmente un espectáculo. ¿Cómo? Pues este sentimiento de amor a la comunidad se transforma en amor a su ciudad, en ganas de sobresalir, y poder tener el honor de vivir en una de las mejores ciudades tanto de España como del mundo. Lo han logrado, no en tener la mejor ciudad, pues esto es muy relativo. Además las comparaciones son antipáticas y en su mayoría erróneas, pero si han logrado construir una ciudad metrópolis digna del siglo XXI. Es imposible darse cuenta de ello con tan solo mirar fotografías o incluso leyendo sobre Barcelona. Es indispensable conocer a las personas que la habitan, los lugares que la conforman y la interacción humana que sucede en la ciudad para entender que para conseguir una ciudad de tal envergadura es indispensable el amor profundo por la región. El amor hacia sus calles, sus parques y plazas y hasta por el equipo de futbol de la ciudad es tan grande y tan amplio que su efecto tiene otros alcances. Se expande de tal manera que es incluso posible hablar de Barcelona no como una ciudad de España pero como una ciudad del mundo. Hay que viajarla y conocerla para llegar a aceptar esto.

En últimas, el viaje es un método potente e inigualable de enseñanza. El aprendizaje por experiencia es el que más queda guardado en la memoria y sin duda alguna el mejor. El ritmo de vida actual es intenso, el deseo de cambiar de vez en cuando la rutina y descansar se hace cada vez más recurrente. Viajar es la mejor forma de hacer esta pausa. Se cambia de rutina, pero nunca se deja de aprender. Si en la antigüedad se viajaba para conocer de arte, hoy en día viajar es un arte. Se podría decir entonces que hacerlo caminando es el más elegante de sus exponentes, así como el más antiguo. (Jones, 2009) Es una excelente opción caminar las ciudades que se visitan, de esta manera el contacto con el lugar es puro. Es la mejor manera de percibir las ciudades. El viaje busca establecer contacto con el entorno y de esta manera se busca adquirir nuevos conocimientos. Se es más consciente del mundo en el que habitamos cuando se viaja. Uno se da cuenta de qué funciona, que no y como se puede mejorar lo que hacemos.

Nada enseña mas a no dejar líquidos cerca al computador que haberle regado un jugo de naranja encima al nuevo Mac. Las experiencias quedan grabadas en el cerebro más que cualquier aprendizaje obtenido por los sentidos. Es decir, hacer las cosas hace que el cerebro guarde más el aprendizaje que si únicamente se ve o se oye. Así que creyentes, viajad, conoced, peregrinad. Es el único mandamiento de esta religión.

Bibliografía 1. Autores, V. (6 de junio de 2012). Grand Tour. Tomado de internet 23 de julio de 2012 desde Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Grand_Tour

  1. Autores, V. (10 de Julio de 2012). Hendrik Petrus Berlage. Tomado de internet 23 de Julio de 2012 desde Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Hendrik_Petrus_Berlage

  2. Autores, V. (11 de Marzo de 2012). Peregrinación. Tomado de internet 21 de Julio de 1012 desde Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Peregrinaci%C3%B3n

  3. Herrero, G. (2006). Mirador Building, Madrid. MVDRV and Blanca Lleó 2005. Retrieved 23 de Julio de 2012 de Galinski, People Enjoying Buildings Worldwide: http://www.galinsky.com/buildings/mirador/index.html

  4. Jones, S. W. (2009). Paseos Inolvidables (Vol. 1). Blume.

  5. Meneses, J. M. (2012). El viajar como aprendizaje o el contexto como experiencia. Tomado de internet 23 de Julio de 2012 desde Plataforma Arquitectura: http://www.plataformaarquitectura.cl/2009/06/11/el-viajar-como-aprendizaje-o-el-contexto-como-experiencia/

  6. Nombre, S. (Diciembre de 2004). Ludwig Mies van der Rohe. Tomado de internet 23 de julio de 2012 desde Biografías y vidas: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/mies.htm

*Este artículo fué escrito en el año 2012

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